El parapente es la forma más sencilla y emocionante de volar y también el aparato volador más ligero que existe: un equipo de vuelo completo ronda los 20 kg., y se despega y aterriza con los pies
El parapente nació a finales del siglo XX cuando tres montañistas franceses, Jean-Claude Bétemps, André Bohn y Gérard Bosson, buscaban una forma de bajar volando mediante un paracaídas desde las cimas que habían escalado. Hasta ese momento, se utilizaba un avión para descender.
Ellos calcularon que, desde una pendiente adecuada, un paracaídas cuadrado ram-air (de presión dinámica) puede inflarse al descender corriendo de la pendiente. Así, en junio de 1978, Bétemps se lanzó desde Pointe du Pertuiset y logró volar cien metros. De esta forma, se demostró que la técnica funcionaba y, al mismo tiempo, dio lugar a un nuevo deporte.
De hecho, el nombre “parapente” registra los inicios de este deporte, ya que es el acrónimo de las voces francesas parachute (paracaídas) y pente (pendiente).
En la actualidad, este deporte aéreo se practica en todo el mundo y se ha tornado en un vuelo sencillo y popular.
¿Sabías que..?
El parapente es una aeronave de vuelo libre (sin motor) y despegue a pie, totalmente flexible, que no lleva ninguna estructura rígida fuera del arnés del piloto.
Debido a las altas prestaciones de los actuales parapentes ya no se necesitan pronunciadas pendientes para despegar, basta con una ladera enfrentada al viento (que debe tener una intensidad entre 10 a 25 k/h) , y también se puede realizar el primer vuelo sin saber nada: en un parapente biplaza junto a un piloto calificado. Incluso se han inventado máquinas propulsoras que permiten despegar desde suelo llano dando lugar a un deporte distinto, el Paramotor o ‘parapente motorizado’.
Pese a estar considerado como un deporte “extremo” el parapente no conlleva grandes exigencias físicas para aprender a volar y es posible mantener un elevado nivel de seguridad en todos los vuelos, siempre y cuando se aprenda a volar en una buena escuela, mejorando posteriormente los conocimientos propios y la habilidad en el aire, además de utilizar el equipo más adecuado a cada persona.
Aprender a volar
o se necesitan condiciones especiales para aprender a volar, sólo basta con ser capaz de correr y estar medianamente en forma para subir pequeñas pendientes llevando el equipo. El vuelo debe aprenderse en una escuela calificada. La mayoría de las zonas de parapente más populares cuenta con escuelas instaladas en ellas, generalmente registradas (y reconocidas) ante asociaciones o federaciones nacionales, que disponen de los equipos de entrenamiento adecuados para prestar a los alumnos durante el curso. Así, no es necesario comprar el equipo para aprender.
Los sistemas de instrucción varían de un país a otro, aunque los cursos de iniciación suelen durar alrededor de 10 días de instrucción práctica, tras los cuales el piloto ya es capaz de despegar y aterrizar solo. Los cursos de iniciación suelen incluir también algunas clases teóricas que incluyen los conceptos básicos de la aerodinámica y el vuelo, la estructura y operación del parapente y algunas nociones de meteorología.
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A la hora de elegir una escuela es importante tener en cuenta algunas cosas, por ejemplo, la certificación y licencias de la misma (y/o del/los instructor/es), que cuenten con equipos en buen estado –los parapentes no deben estar rotos o muy desgastados y deben estar homologados para nivel básico o escuela, los arneses o sillas deben estar en buenas condiciones y llevar una protección en la espalda, deben darte un casco para proteger tu cabeza en cada vuelo-, que te proporcionen una radio para darte instrucciones en los vuelos de altura y, normalmente, que el instructor cuente con un ayudante de manera que siempre haya un responsable tanto en el despegue como en el aterrizaje para darte indicaciones por radio y así evitarte riesgos.
Fotografía destacada:© Camilo Rozo/Red Bull Content Pool