Estudios recientes han señalado que el cerebro es capaz de reducir la velocidad con la finalidad de ahorrar un poco de energía para la reserva, evitando que el cuerpo se quede sin combustible. Sin embargo, existen tácticas que se pueden implementar al correr para engañar al cerebro y utilizar parte de esa energía
Existen tácticas para correr con más potencia durante más tiempo, si se trabaja en ellas durante unos pocos entrenamientos, se puede ver como se dan varias mejoras. Al correr puede pasar que el cuerpo muestre síntomas de fatiga, provocando que no se pueda seguir con la actividad y se desista. Aunque el cansancio se manifieste con el dolor muscular; las zancadas cortas o el disminuir la velocidad, la mente es la responsable de un cuerpo agotado. Veamos:
Táctica 1: Divide el kilometraje
Se puede correr con mayor potencia y poniendo más esfuerzo durante los intervalos cortos de lo que se hace cuando se trata de una carrera constante con la misma distancia. Esto aumenta el ratio de consumo de oxigeno, es decir, la eficiencia con que se ingiere el oxígeno para convertir las calorías en energía, por lo que se puede sacar mayor provecho al cuerpo e ir más rápido.

Consejo: calienta unos 10 a 20 minutos de forma suave. Realiza unos 6 intervalos de 800 metros al máximo ritmo con intervalos de recuperación de 400 metros a trote suave. El ritmo de los intervalos de 800 metros debe sentirse difícil pero sostenible. Durante la recuperación de 400 metros, se debe intentar controlar el ritmo cardíaco y prepararse mentalmente para el siguiente intervalo. De esta manera se habrá corrido unos 5km al máximo ritmo, y unos 9km o 12km en total incluyendo el calentamiento y la recuperación.
Táctica 2: Combina el correr con la fuerza
Los entrenamientos de Sprint son de por sí difíciles, pero si quieres llevar tu entrenamiento de Sprint a un nivel totalmente nuevo, te recomendamos esta táctica. Consiste en realizar breves ejercicios a partir del peso corporal entre diferentes sets de Sprints.
Al realizar estos ejercicios, se está cambiando el estímulo y el reto que el cuerpo tiene que conseguir, de manera que éste no piensa en el siguiente Sprint y deja de reservar la energía para ello. Al intentar el siguiente Sprint, la mente lo considerará un entrenamiento completamente nuevo en lugar de una continuación de la carrera anterior, y como resultado, tendrás mayor capacidad de empujar hasta los límites y completar más Sprints de lo que antes se podía.
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Consejo: Realiza este entrenamiento en una pista o terreno plano. Completa cuatro series de 50, 100 y 200 metros de Sprint. Entre cada Sprint, realiza un ejercicio de fuerza como: 15 sentadillas, 20 flexiones, etc. Una vez que completes los cuatro Sprints y los cuatro ejercicios de resistencia, toma un breve descanso dando por finalizada la primera ronda. Haz tantas rondas como sea posible.
Táctica 3: Acelera tus entrenamientos
Hacer esto le permite centrarse más en el esfuerzo y la intensidad, en lugar de la distancia total. Al realizar los cambios de ritmo, vas a ejecutar partes del ejercicio más rápidos que el ritmo normal, mucho más estacionario, lo cual se traduce en haber realizado un entrenamiento mejor que si se corriera la misma cantidad de tiempo. Además, el aumento de su velocidad y la intensidad de las explosiones cortas te prepara para las carreras reales al imitar el efecto de correr en colinas u otros terrenos. Esto hace que el ritmo cardíaco se mantenga alto durante una carrera, y en última instancia, mejora el estado físico general y prepara el cuerpo para el día de la carrera.
Consejo: Realiza un breve calentamiento. Luego comienza tu carrera. En algún momento hacia la mitad de la carrera, modera tu ritmo durante 30 segundos y baja la velocidad durante 30 segundos para luego volver a la misma o auméntala. Repite esto hasta 4 veces más.