La arena es el elemento de entrenamiento que nos ofrece la playa. Incluso si no hay desniveles, nos ayudará a fortalecer los músculos y ganar resistencia

En la arena, redoblaremos nuestros esfuerzos en cada paso, porque un suelo tan blando hundirá nuestros pies y requerimos que los músculos trabajen más de lo habitual.

Eso sí, a la hora de entrenar en este tipo de superficies, debemos ser prudentes y guardar ciertas precauciones. Pues si entrenamos descalzos, el roce de la arena puede causar ampollas en los pies. También se debe tener cuidado a las lesiones por caídas, ya que al correr sin amortiguación la pisada se modifica. Esta actividad está contraindicada para corredores con articulaciones débiles.

En primer lugar, debemos saber que la arena no es un lugar adecuado para correr largas distancias. Debes usarla sabiamente y usarla para otros tipos de entrenamiento, como velocidad, potencia o distancias cortas.

Beneficios de correr en la arena
Beneficios de correr en la arena. Foto de Trailrun.es

Otro problema que debemos resolver es exactamente por dónde correr. El terreno o interior húmedo y firme al que llegan las olas se pega al agua con arena más blanda e inestable. Por la orilla que es la zona húmeda y algo más firme, o por el interior, con la arena más inestable y blanda.

Ambas opciones pueden ser muy buenas, dependiendo de lo que queramos conseguir. Para fortalecer los cuádriceps, la segunda opción es la mejor. Porque el impulso en la superficie blanda lo realizan casi en su totalidad los cuádriceps, de modo que las pantorrillas y el sóleo juegan un papel segundarios.

Beneficios de correr en la arena

Debido a la irregularidad del terreno, los ejercicios realizados en este caso son muy adecuados para el trabajo propioceptivo, es decir, el mecanismo de defensa articular responde a ejercicios de contracción y extensión que pueden dañar la articulación.

Del mismo modo, correr en la arena puede aumentar la fuerza de los cuádriceps, tobillos y pantorrillas, Y mejorar la respiración debido a la humedad, la temperatura y la baja presión ambiental.

Debido a la fricción con la superficie, se queman más calorías y la piel se vuelve más suave. Correr por la playa puede ser una excelente opción para el entrenamiento de fuerza y ​​resistencia y el entrenamiento del equilibrio. Porque la inestabilidad del suelo hace que tengas que distribuir y percibir mejor los puntos de apoyo para mantener el equilibrio.

Aunque correr sobre la arena tiene poco efecto en las articulaciones, debes estar preparado para ello. Ya que si no prestas atención al lugar donde pisas, los desniveles pueden provocar lesiones.

Presta atención a:

  • Ritmo. Hay que recordar que correr sobre una superficie arenosa será algo difícil, por lo que el tiempo y la distancia serán diferentes en comparación con correr sobre una superficie plana.
  • Inclinación. El esfuerzo por sobrecargar las articulaciones puede causar lesiones. Por lo tanto, elije el lugar de entrenamiento más plano.
  • Reposición de agua. Ante la alta temperatura y la necesidad de un mayor esfuerzo, es importante mantenerse hidratado antes, durante y después del entrenamiento.
  • Bloqueador solar. Aplique bloqueador solar en el cuerpo y use anteojos y sombrero para reducir la exposición al sol.
  • Arena dura versus arena blanda. Entrenar sobre arena dura es similar a correr sobre asfalto, y la pendiente es más pronunciada en la mayoría de los lugares con arena dura.

Correr en una arena blanda aumentará el desequilibrio del cuerpo y requiere una atención especial. Por lo que se recomiendan entrenamientos específicos de refuerzo muscular para evitar lesiones, roturas o molestias en la columna.