La crioterapia es una técnica de recuperación muy antigua pero que a día de hoy siguen utilizando deportistas del más alto nivel, ya sea con la tradicional inmersión en agua y hielo, aplicación de geles helados, la criosauna, o las últimas tecnologías que controlan de forma activa la presión y la temperatura para optimizar el proceso de recuperación.

La crioterapia es una terapia solo para valientes, pero con excelentes beneficios. Quizás nunca hayas escuchado hablar de ella, pero se trata de un conjunto de procedimientos basados en la aplicación del frío para recuperarse tras una larga sesión de entrenamiento o aliviar una lesión. ¿Te atreverías?

Aunque se trata de una técnica de recuperación muy antigua, hoy día suelen utilizarla muchos atletas del más alto nivel.

Innumerables beneficios

El principal efecto de la crioterapia es la sedación o adormecimiento de la zona, aunque también destacan otros como antiinflamatorio (reducción de inflamaciones o edemas) y circulatorio o vasoconstrictor (ayuda a disminuir el flujo sanguíneo).

La crioterapia destaca, además, por su efecto analgésico (alivio de todo tipo de dolores corporales), ayuda a reforzar el sistema inmunológico, acelera la recuperación física, mejora el estado de ánimo, es buena opción si buscas adelgazar, e incluso retrasa el envejecimiento.

Estudios fisiológicos en medicina deportiva han demostrado variaciones en los niveles de hemoglobina y oxigenación de los tejidos cuando se aplica la crioterapia, por lo que su efectividad parece contrastada.

Algunos procedimientos de crioterapia

      1. 1.

    Uno de los procedimientos que capaz has visto más de una vez, es la inmersión en agua helada o con hielo, muy común entre deportistas de élite para acelerar su recuperación física.Para ello, se requiere de un recipiente lo suficiente grande para sumergir el tren inferior (suele utilizarse barriles, tanques o bañeras). El tiempo de inmersión deberá ser inferior al de un enfriamiento puntual. 

    Se recomienda entre 1-5 minutos, pudiendo variar en función del aguante y características de cada individuo

    2. Cold Packs: es hielo prensado con alcohol isopropílico. Se adaptan a la zona a tratar. Se deben enfriar al menos 2 horas antes de la aplicación, la cual no debe superar los 20 minutos.

    3. Bolsas de hielo: ofrecen un enfriamiento profundo, son caseros y fáciles de utilizar. Solo debes triturar hielo y colocarlo durante 20 minutos, 2 o 3 veces al día. Se recomienda combinar con técnica “Cricer” (hielo más reposo, elevación y compresión). 

    4. Toallas o compresas frías: dan un enfriamiento superficial pues son paños gruesos en un recipiente con hielo picado.

    Nunca debes aplicar hielo directamente sobre la piel, pues podría ocasionarte quemaduras. Se puede utilizar un paño que aísle la piel del contacto con el frío

    5. Crioterapia de cuerpo completo: consiste en entrar durante 2 o 3 minutos en un tanque en el que la cabeza permanece fuera o en una cámara similar a un sauna de vapor, que se llena de gas de nitrógeno, descendiendo la temperatura a los -150 ºC. Esta técnica fue desarrollada en los años 70´ por el médico japonés Toshima Yamauchi, quien la empezó a utilizar para sus pacientes que sufrían de artritis reumatoide.

    6. Criomasaje: resultado de combinar el uso de piezas de hielo u otro agente con masaje. Esto requiere de una persona calificada que conozca la técnica y preste atención de los efectos del hielo sobre la piel.

    7. Baño de contraste: en este se combinan inmersiones en agua caliente (entre 40 y 43 grados) y agua fría (entre 15 y 18 grados). Suele ser muy eficaz en la reactivación sanguínea, además de ser usado popularmente en el tratamiento de inflamaciones y esguinces.

    La crioterapia, así como cualquier otro tratamiento o terapia, es necesario que lo consultes con un médico o experto.

    Si la crioterapia no se aplica de la forma correcta o como es debida, puede ser contraproducente o incluso peligrosa. La crioterapia aumenta la presión arterial y si padeces alguna enfermedad vascular, del corazón, reuma o hipotiroidismo, lanzarte a una piscina congelada no es lo más indicado.