¿Quién no ha sufrido alguna vez estas contracciones musculares involuntarias tan doloras en su vida deportiva?
Lo primero de todo es definir que son los calambres musculares. Los calambres musculares asociados al ejercicio, se definen como una contracción involuntaria y dolorosa del músculo esquelético durante o inmediatamente después del ejercicio.
Muchos deben haber escuchado o leído todo tipo de hipótesis sobre la causa de los calambres musculares: deshidratación, baja concentración de electrolitos en plasma, etc…
Deshidratación y baja concentración de electrolitos
Los calambres musculares asociados al ejercicio fueron descritos por primera vez hace 100 años, en trabajadores que realizaban su oficio en condiciones de calor y humedad. Estos trabajadores presentaban un nivel de sudoración excesivo y unas variaciones en la concentración de electrolitos.
Este hecho hizo que se pensara que los calambres musculares asociados al ejercicio estaban relacionados con una deshidratación y una baja concentración de electrolitos en sangre. Pero si nos fijamos, esta hipótesis no la podemos dar por válida. Los calambres musculares aparecen en grupos musculares que tienen un nivel de trabajo excesivo en el ejercicio que se está realizando. A nadie le ha dado un calambre en el tríceps cuando está corriendo.
Por lo tanto, la hipótesis de baja concentración de electrolitos no nos aclara el por qué solo aparecen en esta musculatura.
Nos dicen también que son consecuencia de una fuerte deshidratación. Observaron que el “sudor salado” provocaba una pérdida de electrolitos sodio (Na+) provocando una bajada de la concentración de este electrolito, impidiendo el correcto funcionamiento fisiológico a nivel muscular. Esta hipótesis no nos explica por qué solo se producen calambres en los grupos musculares implicados en los movimientos repetitivos del corredor.
Anormalidades metabólicas hereditarias
Estas anormalidades metabólicas provocan que el individuo presente una muy baja tolerancia al esfuerzo. Por lo tanto, no nos explica por qué los EAMC se producen en corredores de fondo, cuando el deporte que se practica implica tener una tolerancia al esfuerzo elevada.
Temperatura ambiente y corporal
Otra hipótesis intenta explicar que los calambres son el resultado de realizar ejercicio en temperaturas con mucho calor y con mucha humedad. Esto favorecería la deshidratación y la bajada de concentración de los electrolitos en sangre. Pero se ha comprobado que corredores de fondo que realizar ejercicio en temperaturas bajas también presentan calambres musculares. Además se ha comprobado que el enfriamiento muscular o el calentamiento pasivo no calman ni provocan calambres, respectivamente.
Fatiga muscular
Esta es la hipótesis que en la actualidad contiene más evidencias científicas. Se ha observado que la mayoría de los corredores que presentan calambres presentan una fatiga muscular antes de la aparición del calambre muscular. El proceso por el cual se produce la fatiga muscular se explica a continuación con un ejemplo:
Imaginemos que tenemos un corredor disputando una maratón de asfalto y se encuentra en el Km 36. A estas alturas de la prueba es fácil visualizar que existe una gran fatiga muscular. Esta fatiga provoca una alteración en el funcionamiento de los receptores musculares periféricos provocando que las fibras del huso muscular (receptores que indican la longitud del musculo en todo momento) y del órgano tendinoso de Golgi (receptores musculares que detectan los cambios de tensión muscular y controlan que la tensión del músculo no sobrepase ciertos valores) bajen su actividad.

Imaginemos que estamos en esta situación, el corredor presenta una baja actividad en las fibras del huso muscular y las fibras del órgano tendinoso de Golgi no controlan la tensión muscular como deben, pero él continúa corriendo. La fatiga muscular va aumentando y la intensidad del ejercicio se ve aumentada por el sobreesfuerzo. Este cóctel provoca que las neuronas motoras tipo alpha estén con continua actividad ya que existe un control anormal de las neuronas motoras a nivel espinal. Provocando las contracciones involuntarias y descoordinadas provocadas por este control anormal de las neuronas motoras, ya que estas no reciben la información correcta ni al tiempo necesario.
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Es fácil imaginar que la musculatura como consecuencia de un exceso de repeticiones y movimientos se acorte y su longitud no sea la natural. También se ha comprobado que existen episodios de EAMC cuando la musculatura se contrae desde una posición de acortamiento.
Factores de riesgo de calambres en corredores
Varios estudios revelaron que hay varios factores asociados con los calambres musculares asociados al ejercicio, entre los que se incluye la edad avanzada, mayor historial de carreras, mayor índice de masa muscular (exceso de peso), pocas sesiones de estiramientos, tener antecedentes familiares, carreras de alta intensidad, carreras de larga duración, fatiga muscular subjetiva y carreras en montaña.
Como aliviar los calambres musculares
Se ha demostrado que los estiramientos pasivos provocan un alivio de los EAMC. Estos estiramientos provocan un aumento de la tensión muscular produciendo un aumento de la actividad inhibitoria del órgano tendinoso de Golgi. Por lo tanto, el estiramiento se realiza con un perfecto control y coordinación del órgano tendinoso de Golgi. Este hecho apoya que un funcionamiento anómalo del órgano tendinoso de Golgi puede provocar los temidos calambres.
Fuentes consultadas: Medicine Plus en español /Kevin Miller et al. 2010. Exercise-Associated muscle cramps: causes, treatment and prevention