Muchos corredores creen que la única pieza clave para correr bien son las piernas, pero por los brazos también se gana al correr
La importancia del braceo al correr, viene por ser los brazos los que llevan el ritmo de tu cuerpo, influyendo en una mejor técnica, en una zancada más potente, y en consecuencia, en mejores tiempos. De hecho, hay estudios que demuestran que correr sin hacer el braceo gasta un 4% más de energía que con un braceo correcto. En definitiva, influye en más de lo que pensamos.

El papel de los brazos al correr
Quizá te preguntarás, ¿pero qué papel juegan los brazos cuando corres? Pues, cumplen varias funciones importantísimas que te harán reafirmar lo que decimos aquí, que por los brazos también se gana.
- Permite impulsarte hacia adelante: tus brazos en movimiento van a fomentar el impulso de tu zancada y te van a ayudar a agarrar velocidad, ya el brazo que va por delante del tronco, impulsa al resto del cuerpo para avanzar hacia adelante, pudiendo incrementar tu velocidad.

2. Favorece el equilibrio del cuerpo durante la carrera: Si pones atención, podrás percatarte que el brazo que está adelantado es el opuesto a la pierna que apoya el suelo, lo que permite equilibrar el cuerpo mientras corremos, otorgándole mayor estabilidad.
3. Marcan el ritmo y longitud de la zancada: cuando vayas corriendo y muevas los brazos lentamente, tu zancada tenderá a alargarse y correrás con menor cadencia (menor cantidad de pasos por minutos). Mientras que, si corres moviendo los brazos más deprisa, tus zancadas serán más cortas y darás más pasos en menos tiempo.

4. Equilibran la energía: realizando un buen braceo podrás conseguir ejercitar tu tronco superior, repartiendo así el gasto energético que realices y reduciendo en gran medida la sensación de fatiga.
5. Prevención sobre posibles lesiones: un buen braceo al correr evita un sinnúmero de lesiones, por ello, es importante conocer cuál es la técnica adecuada al correr.
