Quizás formes parte de los que se sienten defraudados porque no ven los añorados chocolates o abdominales. Pero, ¿acaso te has puesto a pensar si te estás alimentando correctamente? Recuerda la frase: «Somos lo que comemos», ¡cuánta razón tiene!
Para tener los ansiados chocolates, lo primero que debemos hacer es desprendernos de la grasa que rodea los músculos de la zona central y provoca el vientre abultado, para ello debemos hacer cardio (cinta, elíptica, bicicleta, clases colectivas aeróbicas…) y por su puesto cuidar nuestra alimentación evitando las grasas saturadas, el exceso de sal, bebidas con gas.
Una vez hayamos “pulido” la barriga, empezaremos a “esculpir” nuestros abdominales.
La pared abdominal está compuesta por un conjunto de músculos, como el recto, los oblicuos y el trasverso. Una de las diferencias más importantes es interactúan fuertemente entre ellos, o sea están unidos entre sí, y no pegados a un hueso como la mayoría de los músculos. Están insertados en una vaina común que se llama fascia y que hace que los movimientos sean más potentes y preciso

De acuerdo con María Hernández, bioquímica especialista en nutrición clínica y cofundadora de Futurlife21, citada en la revista española GQ, muchas personas caen en el error de creer que “el deporte es mucho más importante que la alimentación y no es así”.
“Los beneficios del deporte, tanto a nivel físico como de rendimiento se ven muy reducidos sin una alimentación adecuada para nuestro organismo…Normalmente se tiende a pensar que lo importante es quemar calorías”, explica la especialista, para quien además resulta vital nutrir al organismo de manera equilibrada, lo que va a permitir “reparar las fibras musculares tras el entrenamiento y así el cuerpo maximice su funcionamiento, pérdida de grasa y ganancia de masa muscular”.

De hecho, hace hincapié en que si comes poco, y quemas tantas calorías, solo lograrás incrementar tu ansiedad, ganas de azúcar y de querer comerte un elefante. El hambre se incrementará. De seguro a muchos por acá les ha pasado y el objetivo de «rayarse» o sacar sus chocolates se ha visto frustrado.
Tampoco se trata de comer de forma descontrolada, aclara Hernández. “Después de entrenar deberíamos hacer una comida que incluya los tres grupos de macronutrientes (hidratos, proteínas y grasas saludables), en unas proporciones determinadas y unas fuentes determinadas. Por supuesto, señala que no es lo mismo comer un plato de arroz integral con verduras, una proteína como merluza y aceite de oliva o aguacate; que arroz o pan blancos de harina refinada, que son “azúcares no nutritivos”; o con salchichas que “son carne procesada y grasas no beneficiosas”.

La experta recomienda olvidar los productos industriales (harinas refinadas, fritos, grasas no beneficiosas y azucares), si deseas resultados visibles; pero no quiere decir esto tampoco que debamos sufrir a la hora de comer o no podamos disfrutar de cosas “ricas”. De hecho, hay quienes sugieren romper con esto y al menos 1 vez por semana darte el gusto que tu cuerpo te pida.
¿Qué proporciones son las adecuadas?
Ese seguro es otro tema que preocupa a todos. Pues, de acuerdo con Hernández, va a depender del tipo de deporte que practiques y de cada persona, es decir, del tipo de actividad física y del metabolismo de cada uno, pues recordemos que no es igual para todos. “No es lo mismo una persona que empieza a hacer deporte y tiene un poco de sobrepeso que una persona que lleva entrenando toda la vida y simplemente quiere maximizar su rendimiento. Por tanto es esencial consultar a un especialista”.

Un error bastante extendido con el que concluye Hernández es que muchas personas tienden a reducir el consumo de hidratos de carbono (arroz, pasta, cereales). “Si eliminamos los hidratos y nos alimentamos básicamente de proteínas, entramos en lo conocido como cetosis, lo cual genera una situación de muchísimo estrés para la salud”.
Por lo cual, recomienda que, si deseas eliminar grasa de forma saludable mediante la reducción de los hidratos, se debe priorizar pues, el consumo de frutas y verduras, que también son hidratos pero de menor índice glucémico (menos cantidad de azúcar), combinándolas con proteínas magras naturales (pescados, carne, mariscos, huevos), y grasas saludables como al aceite de oliva, aguacate o frutos secos, sin caer en excesos.

Siguiendo estas recomendaciones podrás conseguir esos cuadritos de película que tanto deseas, sin necesidad de poner tu cuerpo y tu salud en riesgo.