Jonas Deichmann ya se encuentra en la quinta semana de su reto denominado triatlón 360°, en esta semana el deportista alemán se encuentra viajando con sentimientos encontrados
Para Jonas Deichmann al principio de la semana todo iba bien, pero los dos últimos días las cosas cambiaron un poco presentándole un mayor desafío y un ligero dolor de cabeza.
“La semana pasada fue bastante bien excepto el último día o dos. Siempre he nado a lo largo de la costa. Condiciones fantásticas, 20 grados y sol, más aguas tranquilas y un supermercado cada siete u ocho kilómetros”, comenta Jonas quien en una semana pudo recorrer 80 kilómetros con una condición ideal «Desde Split ha sido realmente acelerado, es una gran línea costera, con altas montañas de un lado e islas de la costa del otro».
Una de las dificultades que tuvo que enfrentar fue en las cercanías de Makarska, donde tuvo que cruzar un puerto, pero esto en comparación a las semanas anteriores no fue mayor dificultad y pudo avanzar muchos kilómetros.
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Deichmann puedo mantener el ritmo con relativa facilidad hasta el miércoles pasado, donde le tocó nadar de cuatro a cinco kilómetros mar adentro hacia la isla de Hvar. “Las olas eran bastante buenas, pero afortunadamente en la dirección correcta”, comenta Jonas.
Sin embargo, desde que llegó al extremo oriental de la isla en Sućuraj, ha tenido que luchar. Al día siguiente, desde Sućuraj había entre seis y siete kilómetros a lo largo del lado sur de la isla. Desde allí, Deichmann quería ir a la ciudad más cercana para abastecerse. El problema: “No tenía cómo salir. Había maleza espesa con espinas por todas partes”. Jonas no tuvo más remedio que ir de regreso a Sućuraj por tierra, comer allí y luego caminar de regreso al punto de salida a la mañana siguiente.
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La siguiente parada para Jonas fue una pequeña bahía en la playa de Smokvina, donde está la distancia más cercana a la península de Pelješac al sur. Deichmann llegó a esta bahía el jueves por la noche después de unos doce kilómetros de trabajo diario. «Realmente le di otra oportunidad», comenta. El viernes estaba listo para la travesía marítima de ocho kilómetros.
“Pero empecé a nadar por la mañana y me detuve después de un buen kilómetro porque me llevaron al mar abierto en la dirección equivocada”, informaba Jonas. La corriente era tan fuerte que Deichmann apenas logró regresar a la bahía. De regreso a tierra, volvió a Sućuraj, el único lugar en las inmediaciones donde el alemán podía encontrar algo para comer en estos días.
Jonas ha descargado una nueva aplicación de viento y corriente “Tengo que llegar allí de alguna manera. Pero está a solo ocho kilómetros mar adentro con una corriente bastante fuerte”.
El deportista ha recibido apoyo de la comunidad, donde un grupo le invitó a pasar la noche en un barco en el puerto, para así descansar mejor y reunir fuerzas para enfrentar lo que probablemente sea el último gran desafío en la natación.
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