Jonas Deichmann está en lo que según él es la más débil de las pruebas, pero sin dejar de ser un desafío. El alemán ya lleva dos semanas en esta nueva aventura que se ha propuesto

Jonas Deichmann lleva nueve días en el agua y casi 100 kilómetros de natación, a lo que él mismo comentó «La natación es algo realmente diferente a la bicicleta, no pasa nada. No tienes nada que mirar. La costa es hermosa si te detienes por un momento, pero por lo demás solo estás concentrado, mirando el agua y nadando todo el día. Mentalmente es mucho más difícil que andar en bicicleta y correr».

Jonas tuvo que parar durante dos días por una fuerte tormenta con olas de seis metros, luego de esta difícil situación Deichmann nadó de 7 a 12 kilómetros diarios. «La natación sigue siendo la parte fácil. Lo difícil es la logística que hay a su alrededor».

Recordemos que el deportista alemán realiza esta aventura sin ningún apoyo, solo con una balsa impermeable, él mismo busca cada día como sobrevivir, donde y que comer, donde pasar la noche, asearse y curarse.

El martes pasado Deichmann cruzó el canal y nadó cinco kilómetros en mar abierto antes de llegar a la isla croata de Pag, en el norte del Mar Adriático. «Allí no crece ningún árbol porque el fuerte viento bora sopla sin control a más de 200 km/h. Tampoco encontré refugio, pero de alguna forma las cosas siguen adelante», comentó Jonas Deichmann.

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El miércoles el alemán tuvo que volver a detenerse por otra tormenta «solo tenía tres horas para nadar por la tarde, pero tenía tal viento de cola que de hecho nadé al ritmo de Jan Frodeno», comenta Jonas, quien reconoce: «Estrictamente hablando, era más conducir que nadar. Después de 3,5 kilómetros, la diversión había terminado. Era demasiado peligroso y no me atreví a salir porque las olas eran demasiado altas».

Para el día jueves el tiempo estuvo a favor del deportista y se lanzó al agua nuevamente, donde estuvo 9 horas nadando «Realmente aceleré y nadé 16 kilómetros. Hacía calor y el día era soleado y tuve vientos cruzados de ligeros a moderados todo el día».

«Cuando dejé el canal y volví a la costa del continente, todo se puso un poco más fácil durante los siguientes días. Esta zona no solo es turístico, también es donde vive la gente, hay supermercados y algunos restaurantes que están abiertos. Eso hace que mi vida sea mucho más fácil».

El viernes Jonas nadó 13 km para llegar a la ciudad de Zadar en la costa dálmata, donde el deportista alemán se regaló un merecido descanso en un hotel en el casco antiguo y la primera ducha en una semana para sacarse el agua salada y curar sus heridas, que no son nada superficiales. «Tengo varios puntos abiertos, algunas heridas más y un corte profundo en la planta del pie por trepar por las piedras. Por supuesto, esto no se cura en agua salada y es un gran problema».

«Ahora se anuncian unos días de tormentas. La bora probablemente vendrá del continente, hará frío y el fuerte viento traerá un fuerte oleaje». «Es difícil decir cómo van a continuar las cosas porque estoy entrando en una temporada en la que tengo que quedarme en tierra mucho tiempo debido a las tormentas», «pero estaré en Dubrovnik en algún momento de noviembre». expresó Jonas Deichmann.