Nadar es muy diferente según el medio en que se practique, hasta el punto que hay nadadores que mejoran o empeoran su ritmo al cambiar de disciplina
Nadar en aguas abiertas y nadar en una piscina tienen una diferencia fundamental: la orientación, en abierto, a veces es más interesante nadar recto que rápido. Por fuerte que se nade, si nos desviamos del recorrido haremos más metros, con lo cual el tiempo final crecerá. Por eso es básico fijar un punto en el horizonte que esté a cierta altura (una montaña, un edificio, una boya, una torre) e intentar no desviarnos de esta trayectoria.
Como iremos buscando el punto al que nos dirigimos con frecuencia, las respiraciones laterales se combinarán con las frontales, y esto hará que vayamos mas erguidos: cabeza levemente más alta, pies más bajos.
Hay que recordar que en el mar no todo depende de nosotros
De repente contamos con una fuerte corriente en contra y/u oleaje, y el ritmo puede disminuir notablemente, no hay que dejarse llevar por las malas sensaciones y resistir.
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Los codos, concéntrate en levantarlos mucho, la superficie del mar es irregular, y si no los alzamos lo suficiente, podemos no salvar el pequeño oleaje, cuando más cansado se esté, más atención hay que prestar a este punto.
La patada aumenta mucho el ritmo cardíaco, así que en la larga distancia se minimiza. Sirve para estabilizar el cuerpo y para los sprints finales, por tanto no debemos preocuparnos en exceso si no somos expertos en ella. Muchas veces los pies apenas salen del agua (otra cosa es en los triatlones)
El brazo bien estirado, dibuja una línea recta imaginaria que parte del centro de tu frente hacia adelante. Intenta que las manos lleguen al punto más lejano de esta línea en cada brazada sin cruzar ése eje. Así conseguirás estirar tu brazada al máximo y será muy eficiente. En el mar cuanto menos y más potentes brazadas, mayor estabilidad y fusión con el medio, el grupo dorsal también trabajará mejor.
Para nadar en aguas abiertas el entrenamiento psicológico es tan importante como el entrenamiento físico
La natación es un deporte solitario y durante un reto que llegue a exigir algunas horas de nado continuo va a llegar el momento que uno se tenga que enfrentar en solitario a sus pensamientos negativos y a las ganas de abandonar. A diferencia del ciclismo o del running, deportes similares en cuanto a exigencia física, para nadar en aguas abiertas el deportista no puede distraer sus pensamientos negativos con factores externos: público, paisaje, conversación etc. El cansancio combinado con el oleaje y corrientes en contra pueden conducir al fracaso.

Cada nadador tiene sus trucos para superar los momentos de flaqueza en una competencia de aguas abiertas, te dejamos algunos
Piensa que si tú estás cansado, tus oponentes lo están tanto o más que tú.
Con cada brazada se avanza entre uno y dos metros, dependiendo de cada uno. Si nos concentramos en dar una brazada tras otra, cada una que consigamos es un metro menos hasta nuestro destino.
Los retos largos hay que dividirlos en etapas para que la mente los tolere. Así que hay que pensar sólo en el próximo avituallamiento, en la próxima parada para comer o tomar gel, etc.