Cuando no tenemos motivación para entrenar, es normal sentirnos desanimados o abrumados. No es raro que nos sintamos sin energía o que no anhelemos correr, hacer ejercicios o llevar una vida sana.

Aunque a veces nos cuesta, está demostrado que hacer ejercicio nos puede ayudar a superar estas sensaciones de desánimo. Este artículo te mostrará algunas formas de mantener el ánimo y la motivación cuando no tienes ganas de entrenar.

Motivación en corredores

Primero, recuerda que es normal sentir que no tienes motivación. Si estás pasando por una etapa en la que no puedes emocionarte con el ejercicio, eso no te convierte en una mala persona, ni te hace un fracaso. Segundo, asegúrate de tener metas realistas y comprensibles, y no te castigues si no las alcanzas.

Tercero, cambia tus rutinas de ejercicio. A veces, un poco de variedad puede ser la mejor medicina para revivir tu entusiasmo. Cuarto, encuentra un compañero de entrenamiento o un grupo de apoyo, y comparte tus metas y tu progreso con ellos. Esto te ayudará a sentirte más comprometido y motivado.

Entrenamiento grupal

Quinto, asegúrate de alimentarte de forma saludable y de descansar lo suficiente. La nutrición y el sueño son fundamentales para que te sientas con ganas de entrenar y lograr tus metas. Sexto, asegúrate de darle un espacio al ejercicio en tu calendario.

Sé consciente de que el ejercicio no siempre será fácil ni divertido. A veces habrá días en que te sentirás cansado, estresado o sin motivación. Pero si sigues adelante y sigue intentándolo, te darás cuenta de que tu salud mental y física se verán mejoradas por el esfuerzo.

Motivación en deportistas

A veces es necesario darse el tiempo para permitirse sentirse abrumado, desmotivado o sin energía. Pero asegúrate de no perder la perspectiva, y recuerda que, al final del día, tu salud y tu bienestar físico y mental son la prioridad. Haz el esfuerzo por darte a ti mismo el tiempo y el respeto que mereces, y no dejes que la falta de motivación te haga sentir culpable.

Uno de los mejores consejos para mantener la motivación es recordarte por qué empezaste en primer lugar. Tómate un momento para pensar en las razones por las que te comprometiste a una vida más sana y activa. ¿Querías sentirte mejor físicamente? ¿Querías reducir el estrés? ¿Te propusiste mejorar tu salud general?

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No importa lo que haya motivado tu inicio en el ejercicio, recuerda eso todos los días. Hazlo tu mantra cuando sientas que te estás desviando de tu camino hacia una vida más sana. ¿Por qué empecé? podría ser tu pregunta para recordarte las razones por las que haces lo que haces. Y también es una forma de darte el impulso que necesitas para continuar.

De la misma forma, asegúrate de celebrar los pequeños logros y recompensa tus éxitos. Es importante darse cuenta de todo lo que has logrado, ya sea bajar una libra, aumentar tu resistencia en un entrenamiento, o simplemente darte tiempo para hacer un ejercicio en vez de quedarte en el sofá. Todo eso es una victoria.

Mantén un diario de tu progreso, y anota los días en que te sientas satisfecho y entusiasmado con tus logros. Esto te ayudará a fijar tus metas y a sentirte orgulloso de lo que has conseguido. Y, además, te ayudará a ver tu progreso y te dará una nueva energía.

A veces, uno de los factores más importantes para mantener la motivación es disfrutar del proceso de entrenamiento. ¿Qué te encanta hacer mientras entrenas? ¿Escuchar música? ¿Hablar con amigos? ¿Practicar mindfulness? ¿O simplemente observar tu alrededor y disfrutar de la naturaleza?

La clave para mantener tu motivación para entrenar es combinar la disciplina con la satisfacción, la gratitud y el disfrute. Recuerda lo que te motiva, celebra tus logros, y disfruta del proceso. Esto te ayudará a mantener una vida sana y feliz.

Recuerda que el camino a una vida más sana y feliz es un viaje, no un destino. Disfruta del viaje, y no te preocupes tanto por la meta. Eres capaz de mucho más de lo que crees, así que no te rindas. Sigue adelante, y dale el mejor esfuerzo que puedas.