Generalmente al nadar en los entrenamientos en piscinas se emplean los cuatro tipos de natación. Pero a la hora de salir a una competición lo normal sería el nado a crol. Que es la manera más eficiente para asumir velocidad
Al ver nadar a los élites o a los PROs se observa que solo hay dos opciones en cuanto a la posición de la cabeza, y es viendo hacia abajo o al frente.
En este artículo analizaremos estas dos técnicas de natación.
Mirando al frente.
Suponiendo que mirando hacia adelante, el área de la frente tiene mayores propiedades hidrodinámicas que todo el radio de la cabeza y, por lo tanto, menos resistencia al agua, asiéndola más efectiva que la técnica de mirar hacia abajo.
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Sin embargo, al mira al frente y como resultado de la hiperextensión cervical; se provoca un descenso de cadera y piernas, incrementando de esta manera la tensión muscular en las zonas lumbar y cervical.
La mayor ventaja es cuando se nada en aguas abiertas, es aquí donde se aprovecha para llevar la cabeza hacia delante. Ahí la cara toma referencias de hacia dónde se está yendo.

Mirando hacia abajo.
Esta técnica actualmente es la más implementada. Esta permite tener una postura corporal más natural, debido a que la columna se mantiene alineada con la cabeza, facilitando que el cuerpo flote; disminuye la resistencia en el medio del cuerpo, lo que lleva a mejorar la introducción al agua.
La desventaja de esta técnica es que debido a la poca transparencia del agua casi no podrás ver nada y no podrás controlar los pies que van delante de ti, lo cual es algo que te conviene seguir y así aprovechar el drafting.
No es solo mantener la cabeza quieta, además debe estar mirando hacia abajo y en una posición neutral. Dependiendo de la posición, dirección y ángulo de la cabeza tu cuerpo la seguirá.
El braceo puede llegar a compensar cualquier movimiento que realices con la cabeza para mantener el cuerpo en línea recta, pero esto hace que consumas más energía de la necesaria y que aumentes la resistencia al mover el cuerpo.
Se reduce la tensión del cuello y los hombros, mientras los ojos van despejando el agua; la energía de ahorro de la cabeza se reduce al mínimo. Las piernas y las caderas se mantienen levantadas para mantener el cuerpo eficiente posible y para reducir el arrastre.
La mejor forma de hacer esta técnica es nadar mirando la “T” que se ubica al fondo de la piscina. Y para perfeccionar la técnica deja siempre la mitad de la cara (la mejilla y una parte del lente) dentro del agua.
Para concluir recuerda que es de suma importancia implementar la respiración de ambos lados como forma de respiración normal. Esto evita desequilibrio muscular, que pueden llegar a afectar el cuello.