¿Quieres pasar de pisotear asfalto para explorar la montaña? Acá te compartimos algunas claves para los nuevos amantes de patear los senderos de tierra
Si estás cansado de tu rutina de correr por el asfalto, correr por la montaña puede ser una manera estimulante de cambiar las cosas. Como con cualquier deporte, los mayores desafíos están presentes en los inicios, a menudo se realiza con condiciones complicadas, y el resultado es que los corredores corren más lento y precisan de un esfuerzo mayor. Aunque los requisitos de acondicionamiento físico son similares, se necesita tiempo para que los músculos y el sistema aeróbico se adapten a las exigencias del trail running.
El consejo más importante de todos es no relacionar las distancias de asfalto con las de montaña
No tienen nada que ver. En montaña lo más importante es la ecuación distancia/desnivel: a los atletas de asfalto, generalmente, cuando se les habla de una distancia, lo relacionan rápido con los ritmos que llevarían en llano y esto dista mucho de lo que se hará en montaña. Por otro lado hay que valorar siempre esta relación a la hora de interpretar las características de una carrera: si, por ejemplo, dicha prueba presenta 20kms y 700 metros de desnivel, estaremos ante una prueba rápida y poco técnica, nada que ver con otra que ofrezca la misma distancia pero con 1600 metros de desnivel positivos.
No siempre correr es lo más acertado
Por paradójico que resulte, en cuestas muy duras, merece más la pena caminar, lo más rápido posible, apoyando las manos en las rodillas. Es preferible esto antes que tratar de correr de forma lenta y pesada, ejercicio que nos agotará.
Lee el perfil
Miraremos e intentaremos memorizar el perfil de la carrera. Está permitido llevar una ‘chuletilla’ en el brazo. De esta manera podremos repartir nuestro esfuerzo en función de la altimetría de la prueba, anticipándonos.
Subir despacio, bajar rápido
Siempre podrás recuperar el tiempo perdido en un descenso… si llegas con fuerza. En cambio, hay que estar muy, muy fuerte para poder ganar tiempo en una subida.

Las bajadas también se entrenan
No nos obsesionaremos con subir, bajar rápido es una gran baza que hay que saber usar. Para entrenar las bajadas, me suelo marcar unos tiempos: por ejemplo, realizo cinco series de 6′ de bajada a tope, con cuidado de no caerme, pero forzando bastante. La recuperación, en este caso, se haría subiendo otra vez hasta el punto de salida. Uno se dará cuenta de si se ha hecho un buen entrenamiento si al día siguiente te duelen las piernas al levantarte de la cama.
El entrenamiento
Intentaremos entrenar por un terreno lo más parecido al de la carrera posible. Evidentemente, si sabemos como es el perfil de la prueba, más o menos técnico, más rompepiernas o de subidas y bajadas más largas… mejor será. El calzado es muy importante: recomendaría buscar unas zapatillas específicas de montaña. Existe una gama muy amplia, y antes de centrarte en una marca, prueba la que mejor se adapte a tu pie. Es importante tener una suela con buena tracción, buen dibujo del taqueado y lo suficientemente dura como para que no se te claven todas las piedras.
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Más diversidad
No hace falta hacer la misma distancia, o más, de la que nos encontraremos en carrera, hagamos entrenos lógicos, que podamos asimilar. La montaña nos permite entrenar una mayor diversidad de aspectos diferentes (correr, caminar rápido, aprender a bajar en terrenos técnicos…) que el que ofrece el asfalto, aprovechémoslo: un día entrenaremos subidas, otro en llano, otro bajadas, suena divertido ¿no? En cuando a las distancias de entrenamiento, para una de 50 kilómetros como en el Mundial, se llevarían a cabo varios entrenamientos de 30 kms, alguno esporádico de 40 kms, pero la gran mayoría no pasarían de 20 kms diarios. De no ser así, supondría mas desgaste que entreno.

¿Y después?
La recuperación de una carrera de montaña es mucho más agradecida que la de una de asfalto. Esto no quiere decir que corramos todos los fines de semana, pero hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar un calendario.
Guardar fuerzas
En las primeras pruebas en las que participemos, salgamos más conservadores, ya habrá tiempo para salir con el cuchillo entre los dientes cuando sepamos cómo reacciona nuestro cuerpo a los distintos cambios de pendiente.
Más cortas
Y no conviene olvidar algo que he dejado para el final para que lo tengamos muy presente: progresividad y lógica. Vayamos paso a paso, no queramos comenzar por la ultradistancia porque está de moda o porque lo hace «fulanito». Esto nos podría llevar a odiar esta disciplina. Comencemos por carreras mas cortas, siempre hay tiempo para correr 100kms.
Debes grabarte en tu cabeza el lema ‘la seguridad es lo primero’
Además de asegurarte de vestir la ropa adecuada, llevar comida de sobra y agua, pensar en la seguridad es vital. Primero, es muy importante que SIEMPRE le digas a alguien adónde vas, especialmente si planeas visitar lugares alejados y remotos. Lo último que quieres es hacerte daño en un lugar remoto y que nadie sepa dónde estás. He aprendido esta lección por las malas, y ahora es algo que practico religiosamente.
Fotografía destacada. Red Bull/ Fernanda Maciel by © MARCELO MARAGNI