El Aqua running es un método de entrenamiento que esta diseñando para trabajar ciertos aspectos que son propios de la acción de la carrera pero sin sufrir el impacto.

¿Cómo se práctica el aqua running?

El Aqua Running debe realizarse en un lugar profundo, normalmente no tocamos el fondo con los pies en la parte profunda de la piscina. El cuerpo debe permanecer vertical (cinturón de espuma o chaleco ajustable, que nos da la flotabilidad necesaria para ayudarnos). El torso, el pecho y las piernas deben mantenerse bajo el agua, mientras que los hombros, el cuello y la cabeza deben mantenerse fuera del agua.

El Aqua Running y sus beneficios

También puedes leer: Crioterapia: una terapia solo para valientes

Para iniciar imita los movimientos de carrera.

Una vez colocados correctamente, seguiremos realizando los movimientos que necesitemos hacer cuando corramos sobre una superficie estable. La boca debe estar lo suficientemente por encima del agua sin tener que echar la cabeza hacia atrás y poder respirar normalmente. La cabeza debe mirar hacia adelante en lugar de hacia abajo. El cuerpo está ligeramente hacia adelante, sin cometer el error de inclinarse demasiado. Mantenga su columna vertebral neutral. El movimiento del brazo es exactamente el mismo que en la superficie. Moveremos las piernas en una postura de zancada, doblando las caderas unos 60-80 grados. Aunque nuestros movimientos son más o menos bruscos, apenas nos movemos, permaneceremos en una posición estable durante todo el ejercicio y necesitaremos poco espacio.

Muchos deportistas los realizan para recuperarse de una lesión o malestar, e incluso recuperarse del trabajo duro. El hecho de que el impacto sea nulo ayuda a la recuperación muscular sin detener el trabajo de la parte cardiovascular. Además, también se puede considerar como una posibilidad de entrenamiento cruzado, por ser el método biomecánico más específico. En otras palabras, esta es la simulación más realista que podemos realizar.

Ejercicios que puedes realizar:

  • Para empezar siempre hay que hacer un calentamiento, de 10 o 15 minutos.
  • Tiempo: Corre a intensidad media durante 5 minutos y descansa 1 o 2 minutos. Hazlo más de dos veces.
  • Regularidad: No hay que tirarse al agua y empezar a correr como loco. Lo importante es que distribuyas el ejercicio a lo largo de 30 a 45 minutos para que puedas aguantar el ritmo que te pide el cuerpo.
  • En el centro de la zona más profunda (alejado de los bordes), extiende tus brazos en cruz y estira las piernas: una hacia delante y otra hacia atrás. Rápidamente, pega los brazos al cuerpo y estira juntas las piernas.
  • Repite el ejercicio alternando las piernas. Pisando con un pie el fondo y apoyando una mano en el borde, sitúa tu cuerpo en paralelo a la pared.
  • Lleva la otra pierna hacia delante, hacia atrás y sepárala perpendicularmente lo máximo posible. Cambia luego de pierna.