La historia de un corredor autista de Estados Unidos que nos enseña que el querer es poder, que no hay obstáculos ni limites cuando realmente quieres algo
Escrito por Ryan Steiner (@running_with_kala)
Ryan Steiner es un corredor autista de Estados Unidos, que hace poco participó en el evento Galena Sky de 8 horas
Solo una semana antes de la carrera, no sabía si el evento Galena Sky de 8 horas se realizaría para mí porque mi hija, Kala, fue sometida a una cirugía cerebral de emergencia. Afortunadamente, la cirugía salió bien y Kala está sonriendo y disfrutando. El cirujano dijo que aún podríamos irnos a las mini vacaciones que habíamos planeado para mi carrera. Como corredor autista, es difícil para mí renunciar a un evento de carrera. Correr es como me preocupo por mí mismo. El movimiento es importante. Mi hija Kala también es autista con Parálisis Cerebral, y yo comparto mi cuidado personal con ella empujándola en su Carro. Aunque, la Galena Sky Trail Race era solo para mí, y la había estado esperando durante meses.
Comencé mi aventura trabajando en la recolección de paquetes el viernes por la noche. Ser autista me hace tener una ansiedad social extremadamente alta, por lo que me gusta tener tiempo para adaptarme a nuevos entornos. La recolección de paquetes de trabajo es mi forma favorita de aclimatarme a la experiencia de la carrera. Me encanta ser parte de la comunidad y poder saludar a todos antes de la carrera.
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Ser un miembro activo de la comunidad de corredores en línea también ayuda con la ansiedad. Me ha dado la oportunidad de compartir con amigos los desafíos únicos que tengo como corredor autista. Por ejemplo, cómo manejo la ansiedad por cometer errores sociales o educar a la comunidad sobre cómo se siente un corredor autista en estas situaciones. Estaba listo para finalmente encontrarme con amigos «en persona» después de un largo año de carreras virtuales.
El sábado por la mañana, me dirigí a la línea de salida y pude ponerme al día con algunos amigos más. Mi objetivo «A» era 50k en 8 horas y mi objetivo «B» era no rendirme nunca. La carrera es un evento cronometrado de 8 horas. El curso serpentea a través de la mitad superior de los senderos de Chestnut Mountain Resort a través de una sola pista y vistas abiertas del río Mississippi. Esta montaña me iba a desafiar en mis objetivos, pero estaba decidido a dar todo lo que tenía.

Mi bastón de trekking se rompió alrededor de la milla 8, así que los dejé caer con mi equipo y empujé. Mi amiga Tara me sorprendió arreglando mis postes con un palito de helado. Luego, alrededor de las 4 horas, comencé a tener calambres. Afortunadamente, conocí los poderes curativos mágicos del jugo de pepinillos y seguí adelante.
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Terminé mi sexta vuelta y sabía que sería un desafío completar el siguiente bucle antes de que se agotara el tiempo, pero lo intenté. Los corredores me pasaron y me dieron palabras de aliento. Sentí que pertenecía allí sin importar mi ritmo. Yo soy parte de esta comunidad. Tengo 40 años y no siempre me he sentido parte de una comunidad. La comunidad de ultrarunning me ha dado la bienvenida y se siente bien.
Mi vuelta de la victoria me empujó más allá del límite por 20 minutos. Podía escuchar el final de la cuenta atrás de la carrera en la distancia. Con 5 millas por recorrer, había alcanzado mi límite. Me detuve y grité:
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«¡Solo quiero terminar!» Este fue un grito de batalla destinado solo para mí, pero de todos modos llegó una respuesta. Ryan, ¿eres tú? ¡Te he estado esperando!». Mi amiga Cristina estaba esperando para ayudarme a cruzar la meta. La carrera había terminado, pero las amistades seguían ahí. ¡Qué día tan épico!. Obtuve mi medalla de finisher y como también completé la serie «Run My Ass Off Series» de Ornery Mule Racing, gané una hebilla de cinturón. Lo siguiente fue la fiesta de finalistas de la carrera. Trabajé en la mesa principal donde se anunciaban los grupos de edad y los ganadores generales de la carrera, y entregué a los corredores sus premios. Aquí es donde pertenezco, y me sentí tan bien.
Gracias a la comunidad de trail y ultrarunning por ser superhéroes de trail running en mi vida.