Correr siempre tiene sus beneficios, pero hacerlo a un ritmo más moderado tiene algunas ventajas positivas que quizás hasta ahora no conocías

Correr suave varias veces a la semana te ayudará a reducir drásticamente el riesgo de lesión mientras te mantienes en buena forma. Un entrenamiento largo y lento ayuda a mejorar tu resistencia, capacidad de quema de grasas, el flujo de sangre a tus músculos, y aumenta tu fortaleza mental. Si cometes el error de hacer la mayoría de tus carreras a un ritmo más alto, te conducirá al desgaste, y posiblemente a consecuencias peores. Corre con un ritmo cómodo, entrégate a la alegría de correr y no al dolor.

Correr despacio

Primero vamos a explicar lo que se denomina “correr suave”. Hace referencia a un trote ligero, por encima del 60% del máximo ritmo cardíaco. En este, puedes conversar tranquilamente con otras personas, al mismo tiempo que te sientes cómodo. Suele denominársele también carrera social. Cuando lo practiques aprovecha de compartir con tus amigos y no caer en la tentación de darle duro ese día. Aquí podemos ver el primer punto a favor.

Te puede ayudar, además, a darle a tu cuerpo el descanso que necesita y que muchas veces no le damos importancia, cuando en realidad, el reposo adecuado puede influir en mejoras en nuestros tiempos de carrera. Recuerda que no eres una máquina y no debes caer en los excesos. Una adecuada recuperación también debe incluirse en tu rutina de entrenamiento.

Hará tu corazón más fuerte. Recuerda que el corazón es un músculo que hay que trabajarlo y que, al correr suave, poco a  poco hará que se incremente su volumen, reduciendo su frecuencia cardíaca; además ayudará a disminuir la presión arterial e incrementar la elasticidad de las arterias. También podrás prevenir de esta forma enfermedades cardiovasculares, entre estas retardar el envejecimiento pulmonar.

Entrenamiento: Entrenamiento con poleas para fortalecer el cuerpo completo

Correr suave al igual que hacerlo a un ritmo rápido, favorecerá la pérdida de peso, la tonificación de las diferentes áreas de tu cuerpo; el fortalecimiento de los músculos, huesos, tendones y prácticamente todo el cuerpo. Por otro lado, ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis u otras crónicas, regular el sueño, la desaparición de dolores como cefaleas y tener una mejor digestión.

No solo los beneficios son físicos, sino que también tu mente te lo agradecerá. Correr suave unos kilómetros hará que te sientas mejor, más relajado y en paz contigo mismo. Podrás contemplar con más detalle todo lo que te rodea y decirle adiós al estrés. No olvides que correr produce endorfinas que nos llevan a una sensación de bienestar y evitar el riesgo de sufrir enfermedades que afectan al sistema nervioso.

Además, si estás empezando a ponerte en forma, es el ejercicio ideal. Muchos caen en el error de iniciarse con ritmos muy rápidos o intensidades para las que el cuerpo no está acostumbrado para responder de forma eficiente, lo que puede ocasionar que en lugar de disfrutar, termines frustrado y estresado. Recuerda que tu cuerpo debe adaptarse poco a poco.

Una buena forma de descubrir que vas muy rápido es si al correr sientes el corazón muy agitado y te cuesta hablar; esto significa que tienes la frecuencia cardíaca muy alta.

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Después de un entrenamiento duro (series, fartlek) nuestro cuerpo sufre microdesgarros en las fibras musculares, deshidratación, agotamiento de las reservas de glucógeno. Como consecuencia de esto, si no le damos el descanso suficiente a nuestro cuerpo corremos el riesgo de sufrir lesiones.

También recomiendan salir a correr más suave si estás saliendo de una lesión y debes comenzar de forma progresiva. Entonces, ¿Se anotan?