Es importante estructurar muy bien qué tipo de entrenamiento y ejercicios vamos a hacer y planificarlo, así evitaremos lesiones o no sacar el máximo rendimiento
No todos los días podremos entrenar cada uno de los grupos musculares de nuestro cuerpo. Asimismo, tampoco deberíamos hacer los mismos tipos de trabajos e incluso la intensidad debería variar. Por ello, planificar los días de entrenamiento es una tarea que todo atleta debe afrontar.
En caso de que asistas a un gimnasio o que cuentes con un entrenador personal, de seguro tienes alguien que planifica tus rutinas. Eso está muy bien, y es algo que todos los que encaran cualquier tipo de entreno deberían imitar aunque sea por su propia cuenta.
¿Por qué es tan importante?
En primer lugar, porque un entrenamiento, ya sea semanal o mensual, debe tener objetivos específicos y una metodología para lograrlo. Por ejemplo, si practicas vóleibol y crees que tienes que mejorar tu salto, tendrías que hacer ejercicios de potencia y también musculación.
Lo ideal, en este caso, no es llegar al gimnasio o al entrenamiento y hacer lo que se te venga en mente. Será necesario planificar los días de entrenamiento para generar un conjunto de ejercicios que combinados te permitan alcanzar ese objetivo propuesto.
En primer lugar, debemos enumerar la inmensidad de factores que deben considerarse a la hora de planificar los días de entrenamiento. Estos son los más relevantes:
1. Condición física del atleta
2. Propósitos
3. Trabajos realizados previamente
4. Disponibilidad horaria
5. Riesgo de lesiones
6. Ritmo de vida y gasto enérgico diario de la persona
7. Preferencias a la hora de entrenar
Para cada deporte, e incluso para cada función dentro de un deporte, será más efectivo un entrenamiento en particular. Por lo general, el individuo promedio busca entrenar para aumentar masa muscular, tonificar el cuerpo y quemar grasas.
Tomando ese criterio, se debería elaborar una rutina que se centre en el entrenamiento de fuerza. Esto es así porque es la manera más eficaz para cambiar grasas por músculos y lucir un cuerpo estilizado.
Sin embargo, también debe haber una porción de la rutina dedicada a los ejercicios cardiovasculares. Tras una serie de trabajos con pesas, en los que las fibras musculares se rompen y el músculo se amplía, es el momento ideal para quemar aún más grasas en la bici o en la cinta. Correr al aire libre también es una gran opción, claro.
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Variar la intensidad y descansar
Puedes entrenar los cinco días de la semana, pero la intensidad no debe ser la misma. Si haces ejercicios de fuerza, procura que haya un día entre medio de ellos. En esas jornadas, mientras tanto, podrás hacer descanso activo: trabajar cardio o movilizar el cuerpo con trabajos de baja intensidad (menos del 60% de tu capacidad). Lo mismo aplica si en vez de fuerza entrenas cardio duramente.
Ponte objetivos realistas
Además de lo anterior, para planificar tus días de entrenamiento también tienes que considerar tus obligaciones y preferencias. Tendrás que decidir, entonces, si entrenarás de mañana, tarde o noche; ten en cuenta también en qué momento puedes rendir mejor.
Errores comunes al planificar y programar tus entrenamientos
1.Muchas personas, saltándose el principio de individualización, comienzan a seguir planificaciones que no están pensadas para ellos buscándolas en Internet o agarrando la rutina estándar, sin que les hayan evaluado previamente.
2.Otras personas, intentan seguir el entrenamiento que sigue un atleta profesional ya que hoy en día casi todo se publica. Las planificaciones y programaciones de un deportista profesional contemplan que esa persona solo se dedica a eso y, además, contempla que su cuerpo se adapta a una velocidad que seguramente no sea la tuya. Además, un profesional de una disciplina deportiva no entrena y luego se va a trabajar 8 horas en otra cosa. Si sigues planificaciones de atletas profesionales, corres el riesgo de que el volumen, carga e intensidad de los entrenamientos sean demasiado elevados para ti y te lesiones, o no te adaptes, te frustres y/o abandones porque pienses que no podrás conseguirlo nunca.
3.Por último, otras muchas personas dicen que no tienen ganas de pensar y que entrenan por sensaciones sabiendo lo que necesita su cuerpo cada día y hacen lo que les parece según sopla el viento. La realidad es que pocas personas conocen bien su cuerpo y luego, porque dicen no tener ganas de pensar mínimamente para entrenar, se frustran porque no consiguen unos mínimos de lo que pretendían.
Lo recomendable es seguir un plan que este adaptado a tus necesidades