Participar en un maratón no es una tarea para todos los públicos; hay que poner límites y la edad es uno de ellos

Cuando una persona se enfrenta al maratón, tiene que ser consciente de que no es un reto fácil el que se ha puesto. Participar en una carrera de 42,195 kilómetros exige mucha preparación y, por supuesto, estar en forma.

Correr maratones no es un juego. Hay que poner límites. Y uno de ellos debería marcarlo la edad. Como si de una película o serie de televisión se tratara, las pruebas de 42,195 kilómetros no son aptas para todos los públicos.

Pero ¿cuál es la edad mínima para participar en un maratón?

Cuando a finales de los años 70 se empezaron a celebrar los primeros maratones en España que aún continúan vivos (Madrid, Barcelona, San Sebastián…), resultaba habitual ver a niños de alrededor de quince años corriendo por las calles de estas ciudades.

No le tenían miedo al asfalto ni a la distancia. Pero, por fortuna, los tiempos han cambiado. Decimos que es una suerte porque correr con esas edades no era, ni mucho menos, sano.

Se hacía porque era la novedad, porque no se conocían los riesgos, porque se tomaba como afrontar una carrerita de uno o dos kilómetro. Pero ante ellos había nada más y nada menos que 42,195 kilómetros. Era pura inconsciencia.

Por aquellos tiempos también participaban en maratones corredores que no seguían ningún plan de entrenamientos e incluso gente que podía contar con los dedos de las manos las veces que se había calzado unas zapatillas para salir a correr otros tiempos.

Lee sobre: Carreras de largas distancias ¿Cómo superar esta prueba?

La experiencia es un grado

No se puede fijar una edad mínima para correr maratones. Cada persona tiene un cuerpo y unas características diferentes. No podemos decir que tengan que ser dieciocho o veinte años. Lo que sí es cierto que, prácticamente todos los maratones en España, no permiten en su reglamento participar a menores de edad.

Sin embargo, ¿estoy preparado cuando cumplo 18 años para correr una carrera de tan larga duración? La respuesta a esta pregunta es un no rotundo. Puede haber gente que sí, pero no solo por ser mayor de edad, sino por la preparación que lleva hasta entonces.

A la hora de correr maratones, la experiencia suele ser un grado. No hay que tomárselo con prisas. Ya habrá tiempo. Además, cuanto más larga haya sido la preparación previa (y hablamos de años), participando en carreras de menor kilometraje, mejor.

Si se debuta demasiado pronto, cuando el joven no ha terminado de desarrollar, puede acabar pasando factura. No valdrá la pena porque el precio a pagar será alto.

Una buena edad para iniciarse, siempre y cuando antes haya existido una preparación adecuada, puede ser cuando se tienen entre 25 y 30 años (orientativo).

Antes de esto es complicado que el corredor haya acumulado la experiencia suficiente para enfrentarse a un maratón, una prueba que, recordemos, no es un juego. Hay que tomárselo en serio, porque los 42,195 kilómetros son para disfrutar, no para acabar arrastrándonos.