La runnorexia ha sido denominada «la adicción del siglo XXI». Si has sentido que no puedes dejar de correr, tu familia o amigos te piden más tiempo o no piensas en otra cosa, podrían ser señales de que lo padeces. Aquí podrás conocer de qué va y si se te está yendo un poco de las manos tu pasión.

La runnorexia no es lo mismo que sobreentrenar. La obsesión por correr puede llevar a un individuo a entrenar demasiado, lo que puede causar el sobreentreno. Los síntomas del sobreentreno son a corto plazo, y tienen que ver con el periodo de recuperación y descanso. En este sentido, sí que se puede afirmar que la runnorexia está vinculada con el Síndrome de sobreentrenamiento.

Los factores sociales son una fuente causante de este trastorno, pues la cultura y la presión social por la estética y la imagen juegan un papel importante en el desarrollo de esta patología. Por otro lado, algunos expertos también afirman que existen factores biológicos que causan esta adicción, pues parece haber una conexión entre las sustancias químicas placenteras que libera el cerebro cuando se practica actividad física (endorfinas, dopamina, etc.) y este trastorno, igual que ocurre con la adicción a las drogas. Es decir, el área cerebral del refuerzo está implicada en las conductas adictivas y obsesivas también está implicada en la runnorexia.

¿Qué es la runnorexia?

La runnorexia es como ha sido bautizada la adicción a correr. Esta dependencia puede estar influida en gran parte por el trabajo que ejercen unas hormonas llamadas endorfinas, que producen en nuestro cuerpo estados de felicidad y placer. Pero, el running engancha por este y muchos otros motivos.

La Organización Mundial de la Salud advirtió que este tipo de adicciones se incrementan de manera exorbitantes. Tienen su origen en la psiquis y los síntomas son idénticos a los del adicto de cualquier tipo de ejercicio físico y se suelen poner de manifiesto cuando la persona, por algún motivo, no puede realizar la actividad.

Muchos psicólogos apuntan a la runnorexia como la nueva enfermedad del siglo XXI.

Si bien, correr es muy positivo y saludable, los especialistas advierten que puede pasar de un buen hábito a ser algo nocivo. Quienes se obsesionan con correr no ven que no siempre más es mejor y buscarán más tiempo para hacerlo. Si respondes positivo a más de uno de estos planteamientos, podrías entrar en los casos de runnorexia, sé sincero y busca ayuda antes que correr termine por consumirte y afectarte en distintos niveles de tu vida.

  1. Te empeñas en salir a correr a pesar de sufrir dolores, lesiones, rozaduras en los pies, insomnio o desmayos por la intensidad del entrenamiento. ¡No estás dispuesto a bajar el ritmo!  Así tengas que salir tarde de noche o temprano de madrugada lo harás porque la necesidad de hacer esta actividad es primero.
Has descuidado tu salud, le exiges más y más a tu cuerpo a pesar del cansancio, la fatiga o el clima. Estos es síntoma de que padeces de runnorexia

2. Correr se volvió en el centro de tu vida, por encima de tu familia, facetas sociales o laborales. Solo piensas en carreras, en interactuar con grupos de running, y te preocupas mucho más por tu alimentación.  Desde que te levantas, correr es la primera idea que te viene a la mente.

Otra señal de que sufres de runnorexia es que siempre buscas más tiempo para correr, inclusive en detrimento del tiempo con las personas que quieres.

3. Ves en cualquier escenario un lugar ideal para correr. Lo primero que piensas cuando planificas un paseo, un viaje o unas vacaciones, es que podrás conocer nuevos lugares para runnear y superarte.

Si en lo primero que piensas cuando estás libre o de paseo es que ese lugar es ideal para correr, puede ser una señal de que la runnorexia forma parte de tu vida, al igual que le sucede a muchos sin darse cuenta

4. Crees que es el mejor deporte que se puede practicar y que los demás no son tan divertidos. Si te mencionan, por ejemplo, ir a la montaña, puede que pongas cara larga o busques cualquier excusa para no ir.

5. Sueles posponer invitaciones que no impliquen correr; o accedes a ir, pero antes debes realizar tus respectivos kilómetros. Cuando no puedes hacerlo, te pones ansioso, depresivo o súper irritable.

El running se ha vuelto una obligación, en algo que tienes que hacer ante todo, y si no lo haces te crea un remordimiento terrible. Definitivamente, debes evaluar su sufres de runnorexia

6. No tienes temas de conversación con tu pareja o amigos. Quizá te lo han dicho muchas veces, pero estás tan sordo que no quieres aceptar la realidad. Sueles verles como enemigos, como obstáculos para lograr tus objetivos y es frecuente que les des “malas respuestas”, si ves que interfieren en tus planes de entrenamiento. Eres capaz incluso de ir más allá, de cancelarles una salida de fin de semana, pues si fuera por ti, destinarías todo tu tiempo libre en correr.

¿Te angustias por las distancias, el tiempo que tardas y los resultados?, ¿pretendes mantener el mismo número de entrenamientos incluso cuando reconoces que te sientes cansado o tienes dificultades para hacerlo?, estas son otras preguntas que puedes hacerte y que revelarán que estás padeciendo de runnorexia.

El perfil común de la runnorexia

Los especialistas aseguran que la runnorexia suele presentarse en corredores de entre 35 y 45 años, en especial quienes nunca habían realizado ejercicio de forma continua o tienen estresantes ocupaciones laborales, familiares o de estudio.

Se le asocia, además, a una baja autoestima, pocas satisfacciones,  falta de confianza y a quienes lo ven como un escape a sus problemas diarios.

Las personas que sufren de runnorexia cuando no pueden correr sufren de algo conocido como “síndrome de abstinencia”.

Runnorexia y sus consecuencias

Por otro lado, correr en exceso puede llevar a la persona a entrenar demasiado, cayendo en otro síndrome de importancia: el de sobreentramiento, el cual se da cuando los periodos de recuperación y descanso no se toman en consideración.

Si bien, no solo el running puede acarrear este tipo de excesos, pues puede darse con cualquier deporte, debes ser precavido, pues correr es una de las prácticas que muchos frecuentan por las facilidades que ofrece: puedes hacerlo casi que a cualquier hora del día, solo necesitas de unos buenos zapatos, y muchas ganas.

¡Cuidado! No dejes que correr se convierta en obsesión, que te haga preso, y te aleje de todas las demás facetas de tu vida.

Si presentas alguno de los síntomas mencionados anteriormente no dudes en buscar ayuda profesional. Y no lo olvides…Correr sí, pero sin caer en la adicción. Correr debe ir acompañado por otras actividades placenteras (con amigos, familiares, compañeros del trabajo, entre otros), y no puede ni debe ser lo único que disfrutemos.  ¿Cuántos conocen a amigos runners que han caído en las telarañas de la runnorexia?