Hasta ahora, la relación que se había establecido entre el ejercicio físico y el placer sexual, tenía que ver con aspectos como, un mejor desempeño en las relaciones sexuales, músculos más fuertes y tonificados, y otros beneficios
Si tenemos un buen estado físico, es probable que estemos más activos y que nuestra disposición ante todo sea mejor. A la hora de tener sexo, también es probable que tengamos un mejor desempeño, pero, ¿qué pasa cuando es el mismo ejercicio físico el que genera el placer sexual?
Un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Indiana, publicado en 2012 en el diario de salud Sexual and Relationship Therapy, verificó algunas teorías que aseguraban que a través de un ejercicio físico en específico, las mujeres podían llegar al clímax sexual.
Este momentazo tiene su propio nombre técnico, «coregasm», y se produce de manera espontánea con mucha más frecuencia de lo que podría pensarse, especialmente, durante los entrenamientos diseñados para fortalecer la zona abdominal, desde el suelo pélvico hasta las costillas.
Tal como se informa en un artículo del sitio Refinery29, de las 530 mujeres que participaron en el estudio de la Universidad de Indiana, 124 reconocieron que han llegado al orgasmo haciendo deporte.
La explicación de este fenómeno tiene que ver con la contracción de los músculos pélvicos durante el ejercicio, los mismos músculos que se ven involucrados cuando se experimenta un orgasmo durante las relaciones sexuales.
¿Con qué tipo de actividades llegaban a alcanzar el «coregasm»?
El estudio reportó que 45% de las mujeres experimentaron un “coregasm” mientras realizaban abdominales, 27% al levantar pesas, 20% mientras practicaban yoga, 16% al practicar spinning y 13% mientras corrían.
La clave, según ellas, es tensar los músculos abdominales por un tiempo prolongado, ya que esto aumenta el flujo sanguíneo alrededor de la pelvis y de los nervios que rodean al clítoris.
Simultáneamente, la liberación de dopamina y endorfina aumenta la sensación de placer, lo que conduce a una sensación de euforia que posteriormente se percibe como un orgasmo al hacer ejercicio.
De acuerdo con las encuestadas, la sensación es muy diferente a la de un orgasmo vaginal, aunque la percepción es diferente para cada mujer, un “coregasm” suele ser breve pero muy intenso y se concentra específicamente en la parte baja del abdomen.
La tensión de los músculos en las piernas ayudan a aumentar la estimulación en el área genital, lo que incrementa la sensación de placer.