¿Cómo llega un joven albañil marroquí a ser uno de los corredores de montaña más fuertes y queridos del mundo?
Sin ansiarlo, Zaid ait Malek se encontró cruzando el Estrecho de Gibraltar en 2006 de forma ilegal junto con su primo, bajo un camión. A partir de ese momento, deberá crearse una nueva vida en la Península, no sin vivir momentos muy duros y de amplias dudas, pero que le llevarán de trabajar como recolector de aceitunas ilegal a ser una de las figuras internacionales más reconocidas y emblemáticas del trail running. Estas historias y aventuras están recogidas en el libro de Anna Comet :“Zaid ait Malek, La Eterna Sonrisa del Trail”. En estas páginas hay una historia de superación y de inmigración, más allá de las carreras y de la montaña.
Zaid ait Malek, tras pasar tiempo en Almería, donde comenzó a jugar al fútbol (lo apodaban «Ferrari») y a correr algunas carreras de asfalto, se instaló en Baena, Córdoba, «trabajando como jornalero en el campo» y dedicando su tiempo libre a correr por montaña. Vio que lo suyo era correr por las montañas: empezó en 2011, en 2012 ganó la Copa de Andalucía, y en 2013 y 2014 fue Campeón «oficioso» de España –al no tener la nacionalidad, el título pasó al segundo clasificado– logró el tercer puesto en la Copa del Mundo. Actualmente, forma parte de uno de los equipos de carrera por montaña más importantes del mundo (Buff Pro Team) y es uno de los atletas más conocidos de esta disciplina en el mundo.
Anna Comet, autora del libro que condensa la vida del marroquí (Zaid Ait Malek, ‘La Eterna Sonrisa del Trail’ – Lectio Ediciones), se lo imagina de niño «corriendo por las montañas, con sus padres nómadas». «¡Su historia es tan distinta a lo que nosotros vivimos aquí! Pero lo que me transmite es que era feliz con su familia, persiguiendo pájaros y cabras, durmiendo en jaimas y corriendo de un lado para otro», asegura en una conversación telefónica a la revista Runners World.
Zaid Ait Malek es el pequeño de seis hermanos. Fue el único que acudió a la escuela hasta que las necesidades económicas de su familia le llevaron a iniciarse en el oficio de albañil.
En los libros descubrió que existía otro mundo y que las realidades de Marruecos y de España están separadas únicamente por 14 kilómetros de mar.
Una conversación con su padre marcó igualmente su perspectiva vital. «El camino», le dijo su progenitor, «está ahí para ti». El suyo le vio recoger aceitunas en Almería y en Córdoba -todavía trabaja de jornalero algunos días del año- antes de presentarse en sociedad con una sobresaliente actuación en Zegama, en 2013. Tras Kilian Jornet, Luis Alberto Hernando y Tadei Pivk cruzó la meta Zaid Ait Malek. A partir de entonces crecieron su fama y sus éxitos.
«Pero no ha perdido al niño que lleva dentro», conviene Anna Comet. «Sigue siendo una persona sonriente y amable. Nunca tiene una mala palabra para nadie», agrega.
Su situación actualmente está lejos de ser idílica. Su permiso de residencia expira a finales de 2018 aunque, mientras espera a que se resuelva su situación, no pierde la sonrisa.
«Las personas tenemos dos formas de afrontar las cosas: poniendo buena cara y aceptando lo que nos ha pasado o volviéndonos amargos y no aceptando lo que tenemos. Entre las dos opciones, él escogió la primera. Seguro que la tristeza y la preocupación existen, pero a mí no me la transmite. ¿Que cómo veo su futuro? Ni idea. Tiene a su mujer y a su hijo allí, sé que ama su pueblo y su tierra, pero sabe la realidad que hay en las dos partes y va a intentar luchar para poder estar aquí y dar lo mejor a su familia», remacha Comet.
Zaid se queda
Hoy mismo se ha hecho oficial: #Zaidsequeda. Zaid ha recibido la nacionalidad española tras el real decreto aprobado por el Consejo de Ministros esta misma mañana. El propio ministerio, en una nota de prensa emitida, aseguraba que “Zaid Ait Malek está totalmente integrado en España y durante los 12 años que lleva en nuestro país ha participado en numerosas competiciones nacionaes e internacionales, logrando en dos ocasiones el campeonato nacional de Carreras por Montaña”, y aclaraba que “también ha obtenido la nacionalidad española en base a su excepcional nivel y sus resultados deportivos, que ofrecen unas serias expectativas de éxito a nuestro atletismo en pruebas de estas características”.
El comunicado del Ministerio de Justicia explica también que la nacionalidad española “se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales y después de tramitar un expediente para cada caso particular, como ha ocurrido en los que ha resuelto hoy el Gobierno”.
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Fotografía destacada IAN CORLESS