La Real Academia Española, se refiere a la palabra competir, como una derivación del latín del término “competére”, que entre sus significados se orienta a expresiones como concordar, corresponder, pertenecer, tocar o incumbir a alguien. Nada más propicio de cara a la competencia

Hay preguntas fundamentales que a veces no nos hacemos por temor a la respuesta o porque sabemos lo que sabemos y evitamos responderlas, de todas todas, hay una clásica y empieza por el ¿Por qué?, y lo demás, es relleno. En el caso de los atletas de alta competencia y de los deportistas a medio tiempo, es clave el saber porqué competimos.

El tener sobre la mesa los pensamientos y motivos “reales” que nos incitan a hacer deporte, nos permitirá seguir respirando cuando llegue «la pared». Nos dará el valor cuando las ganas bajen, cuando sintamos que los esfuerzos se agotaron por cualquier crisis, económica, personal, familiar o política.

Al estar enfocados en lo que queremos hacer y el porqué y para qué lo hacemos, podremos encontrar razones, motivos y opciones para saber cuándo parar, seguir y cuándo competir. El miedo a perder, muchas veces es una consecuencia de no tener claridad en lo que se quiere, ya que el triunfo podría ser una ilusión de éxito y no una decisión estratégica, planificada y ejecutada en las acciones y pensamientos.

Hay gente que corre por moda, por ejercitarse, por necesidad, por huir, por salir de la rutina, por ser parte de su vida, de sus valores y de sus decisiones conscientes de su momento histórico, por eso, cada resultado dependerá de cada motivación particular, nadie sabe el motivo a fondo de nadie y por eso el respeto en el asfalto es fundamental, cada quien tiene su historia, sus antecedentes y motivos. Permítanme contarle los de Carlitos, él era un gran tipo, muy particular, especial, único, bien humorado y con muchas ganas de vivir, un día le diagnosticaron cáncer, hoy cumple 4 años que partió. En su primera gran recuperación decidió correr su primera media maratón, la caminó, la gateó, algunos amigos lo acompañaron, creo que logró el peor registro posible, pero eso no importaba, era su promesa con él, decidió hacerlo apenas le dieron el alta médica.

Al llegar a la meta no hubo quien le diera su medalla por competir, a los organizadores poco le importó, era un número más para ellos, pero no para él ni para nosotros, entre chistes comentaba de su esfuerzo y ni una (p…) medalla, murió y no hizo falta saber o recordar ese registro, ese tiempo, esa medalla, para él fue un triunfo y para nosotros un honor verle llegar casi sin poder respirar.

Cada quien corre, trota, camina, vive por pertenecer a algo, a un grupo, una medición, número, estatus, ilusión o realidad, claro, si sabes el porqué, de lo contrario no estarás muy claro en tus esfuerzos, al final del día será tu decisión a qué y para qué lo haces.

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Asume con responsabilidad tus esfuerzos, asume con honestidad la conexión que tienes para alcanzar lo que dices que quieres y cuando cruces la meta, llegarás tu y tus circunstancias. Lo demás tal vez sea medalla y diploma. Ánimo, es hora de conocerse, disfrutar el camino, colorear de claridad las metas y armonizar los pensamientos para oír tu voz y tus deseos claramente.

Si no sabes cómo hacerlo, estamos para ayudarte y asesorarte, “HabilMente” llegó para desarrollar tus habilidades y mente.

Carlos Armas Parra
Psicólogo y Comunicador Social.
Psicólogo Deportivo.
Consultas presenciales y on line.

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