Estamos acostumbrados a leer literatura sobre mesociclos y microciclos de entrenamiento, que hacer en cada uno de ellos, como progresar y distribuir la carga de trabajo, pero poca información sobre el período muerto entre un año y otro

Se acabó la temporada para algunos corredores tanto de montaña como de asfalto, pero esto no significa que se pierdan los nervios. No tener carreras no es sinónimo de tiempo perdido. El final de una temporada puede ser el momento más importante para garantizar un exitoso nuevo año. Bienvenido a tu período de TRANSICIÓN.

El período de transición puede durar desde 5 días hasta varias semanas o meses, variando su duración según el tiempo que existe entre la última carrera tipo A (prueba prioritaria) del último macrociclo y la primera prueba prioritaria de esta nueva temporada. Sea cual sea la duración de este período, el objetivo será el mismo, recuperar a nivel físico, fisiológico y mental.

A diferencia de otros períodos de entrenamiento donde la edad puede determinar la orientación de los entrenamientos y sus cargas semanales, en el período de transición la edad es indiferente.

Es el momento de analizar los datos de la temporada que ha llegado a su fin, control de zonas de trabajo, tiempos en zonas de entrenamiento y variación de las mismas, historial de lesiones, sensaciones de los entrenamientos y las carreras, incluso si los objetivos de la temporada han sido realistas o no. Controlando toda esta información determinaremos los puntos a mejorar para la siguiente temporada y así no volver a cometerlos.

Respecto a los entrenamientos nos regiremos por la ley de “no entrenar” ¡Es el momento de hacer lo que nos apetezca de verdad! Los microciclos (semanas) de entrenamiento serán de baja intensidad, de duración corta y motivantes. Es el momento adecuado para probar nuevas disciplinas que normalmente no practicamos, además de aumentar el entrenamiento cruzado que en algunos períodos de la preparación del corredor puede llegar a desaparecer.

se acabo la temporada
En este periodo de descanso, damos un respiro a la mente a la hora que motivaremos la vuelta a correr, y favorecemos el uso y disfrute de otros deportes.

Como en los entrenamientos y los mesociclos, en los periodos también hay fáciles y difíciles y éste es uno de ellos. No caigas en la tentación de aumentar ni la intensidad ni el volumen de los entrenamientos, aún es demasiado pronto ya habrá momento para eso y más.

No olvides tu objetivo, analizar la temporada pasada y disfrutar de todos los entrenamientos para que recuperemos a nivel físico y mental. Aunque es el mejor momento de tomarse unas vacaciones del running, no necesariamente tiene que significar dejes de correr.

Es la hora de “no entrenar”, es la hora de enseñar y poder compartir con todas aquellas personas que queremos lo que nos hace salir cada día a entrenar allí fuera

¿Y qué hago en el período de transición? La recomendación de los expertos:

2 semanas descanso total + 2 semanas descanso activo, hasta completar 1 mes.

· Durante estas 2 semanas el descanso sera total, es decir, nada de ejercicio. No pasa nada si realizamos otro deporte mientras, pero la idea es no hacer nada desmesurado: ya tendremos tiempo los 11 meses restantes.

· Durante las 2 semanas siguientes de reposo activo, realizaremos cortos rodajes de intensidad muy baja.

Todas las regeneraciones y reequilibrios físicos que experimentaremos durante este periodo son especialmente importantes. Aún así merece unas líneas la recuperación psicológica que se produce en el descanso: debido a que la temporada resulta bastante larga, y que hablamos de ejercicio continuado e intenso, con competiciones y entrenos, el desgaste psicológico es grande. Y todo esto tocando madera si tenemos la suerte de no lesionarnos, que a veces lo agrava bastante más, añadiendo un lastre que nos frena en la evoución generalmente. En este periodo de descanso, damos un respiro a la mente a la hora que motivaremos la vuelta a correr, y favorecemos el uso y disfrute de otros deportes.

En el descanso podemos apoyarnos de ciertos factores que se dan en una epóca tan propicia:

Altura. Una escapadita a la montaña favorecerá la recuperación gracias a la oxigenación que recibe el cuerpo por la altura.

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Sol. Los rayos ultravioletas del sol al pasar a través de la piel, intensifican la circulación sanguínea, activa las enzimas, aportan vitamina D y mejora la absorción de fósforo y el calcio por el tejido óseo endureciendo los huesos.

Piscinas. Los baños en piscinas de agua fría, vienen de lujo para la prevención de inflamaciones o como efecto rebote para un aumento de la circulación. Evidentemente cuanto más fresquita, mejor:

· Agua fría (20º), o caliente (40º) de corta duración tonifica los músculos e incrementa el tono del sistema vascular.
· Agua caliente (40º) reduce la excitación de los nervios sensoriales y motores e incrementa el metabolismo.
· Agua tibia (37º-39º) ejerce un efecto calmante.

Las duchas de contrastes (caliente – frío) alternados en unos seis ciclos de unos 30” cada uno, son refrescantes, tonifican los músculos y suben el tono del sistema vascular, sirviendo para restablecer el rendimiento deportivo.

Después de este período, las baterías deberían estar cargadas para aguantar otros 11 meses.