Todas las mujeres en su día a día experimentan cambios en su cuerpo con respecto al ciclo menstrual. Por hormonas que suben y bajan: energía, estado de ánimo, dolores musculares o de cabeza, niveles de hierro en la sangre, sensación de estar hinchada. Y esto puede afectar positiva o negativamente tu rendimiento físico.
Durante el ciclo menstrual, las mujeres no tienen por qué dejar de hacer ejercicio físico, la práctica de actividad física tiene numerosos beneficios en este sentido. Cuánto y cómo influyen las distintas fases del ciclo menstrual dependerá de distintos factores.
Beneficios y posibles desventajas
El primer beneficio sin duda es la disminución del dolor y mejora en los cambios de humor y el síndrome premenstrual. Las mujeres que entrenan habitualmente desarrollan una mayor tolerancia al dolor. Por lo que durante el periodo premenstrual y menstrual la percepción de este es menor.
El estrés generado por el ejercicio genera la producción de las endorfinas (hormonas de la felicidad). Que actúan como analgésicos naturales y, reducen el dolor y ayudan también a aumentar la sensación de bienestar, mejoran nuestro humor, disminuyen la fatiga.

El segundo es la reducción de la retención de líquido. Esta es una de las grandes molestias, que les genera la sensación de pesadez general. La práctica regular de ejercicio físico ayuda a que la retención sea mucho menor y, por lo tanto, esa sensación de pesadez disminuye considerablemente.
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¿Cómo afecta tu entrenamiento?
Para empezar, lo más habitual es que durante la primera fase del ciclo estemos más motivadas y activas, y mucho más cansada y decaídas durante la segunda.
Como se tiene menos energía, es buena idea bajar el nivel de exigencia de los entrenamientos. Durante estos días, es mejor no llegar al máximo. Es un buen momento para hacer ejercicios cardiovasculares a ritmo constante. Como carreras largas, bicicleta, yoga, nadar y ejercicios en los que aprovechar el aumento de resistencia. Como aumentar la actividad diaria aparte del ejercicio, tales como subir escaleras y caminar para maximizar la quema de grasas.
Otro peligro es la bajada de serotonina que, con el riesgo de bajada de ánimo y cambios de humor, trae los tan temidos antojos de dulces, justo cuando manejas peor el azúcar. Aquí debe incrementarse la ingesta de verduras, hortalizas y proteínas. Así como alimentos ricos en triptófano (pollo, pavo, lácteos, soja y semillas de calabaza). Y grasas saludables, como frutos secos, semillas, aguacates o algo de chocolate negro.
Si llegado el momento la regla provoca unos dolores fuertes, deben adaptarse los entrenamientos a las fechas del periodo. Con sesiones más suaves, y reducir el ritmo o la intensidad de las mismas. Tampoco ocurrirá nada si un día te saltas el entrenamiento por estas molestias. También pueden probarse deportes diferentes. Como la natación, que alivia la presión en la espalda, el pilates o yoga para trabajar la flexibilidad.